En el campo de la medicina biológica, estudios recientes han demostrado que el hidrógeno molecular (H2) es un potente antioxidante y antiinflamatorio con potenciales aplicaciones médicas, protegiendo particularmente a las células, tejidos y órganos frente al daño oxidativo. En 2007, la revista americana Nature Medicine publicó los resultados de varias investigaciones bajo el título "El hidrógeno elimina las ROS eficazmente". Gracias a los resultados del estudio llevado a cabo por el equipo de investigación del Dr. Shigeo Ohta, profesor de postgrado en Medicina, se determinó que un agua que contenga altas proporciones de hidrógeno tendrá capacidad para eliminar radicales hidroxilo, una de las ROS cuya acidez es más elevada.
El hidrógeno molecular (H2) es considerado un nuevo antioxidante con aplicaciones preventivas y terapéuticas. El H2 tiene ventajas como antioxidante potencial y carece de efectos adversos:
Hace algunas décadas, en una mina de pizarra abandonada de un pequeño pueblo de Alemania llamado Nordenau, cuando la gente local bebía el agua de su manantial, sus enfermedades, como la diabetes, tumores, gastritis y enteritis, mejoraban; a estas curaciones espontáneas se las conoce como "Fenómeno Nordenau". Un médico japonés, el Dr. George Tseng, estudió el agua de Nordenau, encontrando que tenía abundante hidrógeno.
La revista Newsweek también dio a conocer al mundo la historia de una niña de tres años que se recuperó de un cáncer de riñón tras beber agua del manantial de Lourdes, Francia. A partir de ese momento, muchos enfermos crónicos acudieron al lugar y hasta 66 pacientes de cáncer y enfermos de patologías oculares se curaron totalmente, recibiendo incluso reconocimiento médico de su curación. Aún hoy el número de pacientes y turistas que visitan este lugar para beber su agua sigue en aumento.
Numerosos investigadores han analizado científicamente los componentes de estas aguas milagrosas. Los manantiales de Nordenau (Alemania), Lourdes (Francia), Tlacote (Méjico), y Nadana (India) son las cuatro fuentes naturales cuyas aguas han demostrado un alto poder de curación de enfermedades crónicas. Todas estas aguas tienen en común una abundante proporción de hidrógeno que elimina las ROS (especies reactivas del oxígeno o radicales libres del oxígeno).
En base a los resultados de la experimentación en animales y de ensayos clínicos, hasta la fecha se han publicado más de 400 estudios sobre la eliminación de ROS -causa de envejecimiento y enfermedades- mediante agua hidrogenada.
El consumo de agua hidrogenada está en aumento en diversos países. Por ejemplo, tras el accidente nuclear de Fukushima se produjo un aumento del consumo de agua hidrogenada en Japón ya que la radiación nuclear genera un número elevado de ROS, causa de numerosas enfermedades.
Dentro de nuestro organismo existen diversos mecanismos de detoxificación y defensa contra los ataques de las ROS. En primer lugar, se encuentran las enzimas antioxidantes naturales de tipo SOD (superóxido dismutasa) que se encargan de eliminar las ROS. Aunque la SOD es sintetizada por el organismo desde el nacimiento hasta la segunda década de la vida, a partir de la treintena disminuye la velocidad de producción y entre los 35 y los 40 años finaliza su síntesis. Dado el curso que sigue la síntesis de la SOD, el envejecimiento comienza a gestarse entre los 30 y los 40 años.
Por tanto, a partir de los 40 años es necesario complementar nuestro cuerpo con antioxidantes que realicen la función de las enzimas endógenas. Es especialmente recomendable el consumo de hidrógeno ya que es el antioxidante más potente y eficiente y es inocuo para el cuerpo humano.
El hidrógeno tiene la propiedad de eliminar selectivamente las ROS perjudiciales (radicales hidroxilo) sin afectar a las ROS beneficiosas que cooperan con la inmunidad y con la actividad biológica. El hidrógeno tiene una mayor capacidad de penetración en las células de nuestro cuerpo.
En el aire de nuestro planeta casi no existe hidrógeno. En general, se encuentra en forma líquida. La mayoría de las reacciones químicas que ocurren en nuestro cuerpo se producen disueltas en líquido. Así, en ausencia de líquido es difícil que se produzcan reacciones y evidentemente también es imposible que el hidrógeno interaccione con las ROS. El hidrógeno disuelto en agua constituye una forma sencilla para su absorción y distribución a todas las células del organismo. Además, una vez que el cuerpo absorbe el agua, distribuye el hidrógeno rápidamente a sus diferentes partes. El agua absorbida sólo tarda unos minutos en circular completamente por el cuerpo.
El agua es transportada al torrente sanguíneo, que lleva los nutrientes necesarios a las células. Por otro lado, también se encarga de recoger los desechos celulares. Dentro del cerebro existe un lugar conocido como la barrera hematoencefálica, que se encarga de interrumpir la llegada de sustancias peligrosas para el mismo. Sin embargo, el agua sí puede traspasar dicha barrera, de modo que el hidrógeno también puede alcanzar las células cerebrales, reforzándolas con antioxidantes naturales.
Por consiguiente, disolver el hidrógeno en agua es la forma más beneficiosa para poder transportarlo a las diferentes partes del cuerpo y eliminar las ROS. El método habitual de producción de agua hidrogenada es la electrólisis.
El hidrógeno puede ser aplicado en el tratamiento de múltiples enfermedades. En modelos experimentales, la administración de hidrógeno ha demostrado ser eficaz en isquemia, hipoxia, trasplantes, enfermedad de Parkinson, intoxicación por drogas, sepsis, diabetes y cáncer. Varios ensayos en humanos, han confirmado que la administración de hidrógeno tiene beneficios en muchas enfermedades y dolencias.